En el extremo sur de Córcega, esta playa protegida ofrece aguas turquesas y un paisaje natural salvaje. Rodeada de rocas erosionadas por el viento y acantilados calizos, Sant’Amanza es ideal para quienes buscan tranquilidad o deportes acuáticos como el kitesurf.
Muy cerca de la playa, Bonifacio se alza sobre acantilados blancos con una impresionante ciudadela medieval. Sus callejuelas empedradas, vistas a las islas vecinas y su puerto tranquilo invitan a disfrutar del ambiente corso entre historia, mar y autenticidad.