Los cruceros en barcos pequeños ofrecen una experiencia íntima y mucho más personalizada, ya que viajan con un número reducido de pasajeros. Los itinerarios están pensados para llegar a puertos e islas menos concurridos, lugares a los que los grandes cruceros no pueden acceder, lo que te permite descubrir destinos únicos y auténticos. El servicio cercano y la conexión con la cultura local son el alma de este tipo de viajes. También disponemos de una flota de barcos de lujo algo más grandes, como el Emerald, con entre 100 y 250 camarotes. Estas embarcaciones combinan la elegancia de un hotel boutique con servicios de alto nivel, y ofrecen el equilibrio perfecto entre la atención personalizada de un yate pequeño y la comodidad y amplitud de un crucero más grande. En definitiva, viajar en un barco pequeño es disfrutar de una hospitalidad sincera, acceder sin complicaciones a puertos menos conocidos y vivir experiencias culturales de verdad.