Palermo: Donde Sicilia revela todas sus capas
Palermo es la capital de Sicilia y uno de los puertos más fascinantes del Mediterráneo. En sus calles conviven influencias árabes, normandas, barrocas y modernas. Caótica, vibrante, artística y profundamente auténtica, es una ciudad que despierta todos los sentidos.
Los cruceros atracan a pocos minutos del centro, lo que permite explorar a pie mercados históricos, iglesias monumentales y palacios escondidos.
Un museo al aire libre
El Palacio de los Normandos y su Capilla Palatina representan el apogeo del arte siciliano con mosaicos dorados y mezcla de estilos. La Catedral, con su mezcla de estilos gótico y árabe-normando, refleja siglos de historia religiosa.
Palermo también es famosa por sus mercados: Ballarò, Vucciria o Capo, donde se vende desde pescado fresco hasta arancini, panelle y cannoli.
Otros puntos clave son el Teatro Massimo, uno de los más grandes de Europa, y la plaza de los Quattro Canti, en el corazón del centro histórico.
Palermo desde el mar
La llegada en barco ofrece una vista espectacular: montañas al fondo, cúpulas en el horizonte y fachadas históricas junto al agua. La ciudad se extiende desde la costa hasta las colinas, con barrios llenos de vida y sorpresas.
También se pueden hacer excursiones a Monreale, con su catedral famosa por sus mosaicos, o a Mondello, una playa cercana con mar turquesa.
Sicilia en estado puro
Palermo no es una ciudad perfecta, pero es real. Su energía, su mezcla de culturas y su gastronomía incomparable hacen que cada visita sea inolvidable.
Es ideal para quienes quieren sentir el alma siciliana en pocas horas.