Descubre Saint-Tropez en la Riviera Francesa
Situado en la soleada Côte d’Azur, Saint-Tropez es uno de los pueblos más conocidos de la Riviera Francesa. Antiguamente un tranquilo pueblo de pescadores, hoy atrae a visitantes de todo el mundo por su puerto elegante, playas animadas y encanto relajado. A pesar de su fama, Saint-Tropez sigue siendo un lugar pequeño con unos 4.000 habitantes y un centro histórico lleno de callejuelas estrechas y casas de colores.
De mercados junto al mar a superyates
En el corazón de Saint-Tropez está el puerto viejo, donde pequeñas embarcaciones pesqueras comparten espacio con yates de lujo. Muy cerca, la Place des Lices ofrece una experiencia local con mercados, cafés y partidas de petanca bajo árboles frondosos.
La Ciudadela de Saint-Tropez ofrece amplias vistas de la bahía y alberga un pequeño museo marítimo. El Museo de la Anunciación, que anteriormente fue una capilla, exhibe obras de artistas como Signac y Matisse, atraídos por la luz especial de la Riviera.
Para disfrutar de un día de playa, dirígete a Pampelonne, famosa por su arena extensa y clubes costeros. Si prefieres un lugar más tranquilo, la playa de Canebiers es muy apreciada por los locales. Los pueblos cercanos como Ramatuelle y Gassin ofrecen vistas panorámicas y calles silenciosas.
Vive el estilo de la Riviera
En Saint-Tropez, un café matutino en el puerto fácilmente se convierte en un paseo sin rumbo por el casco antiguo. Tiendas artesanales, mariscos frescos y pequeñas galerías forman parte del día a día. El sendero costero Sentier du Littoral ofrece rutas con vistas espectaculares, a pocos minutos del centro.
Cada año, el evento de vela Les Voiles de Saint-Tropez atrae barcos de todo el mundo. El ambiente es animado pero sin agobios. Incluso fuera de temporada, la mezcla de tradición y estilo hace que este lugar sea especial.
De puerto discreto a icono mundial
Saint-Tropez tiene raíces que se remontan a la época romana. Su ascenso a la fama comenzó a mediados del siglo XX, cuando artistas y cineastas lo descubrieron. La película 'Y Dios creó a la mujer', protagonizada por Brigitte Bardot en 1956, contribuyó enormemente a su notoriedad. Desde entonces, ha seguido siendo un destino favorito para quienes buscan encanto, sol y un toque de glamour.