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Capri: Elegancia mediterránea entre acantilados

Capri es una pequeña isla en el golfo de Nápoles, famosa por sus acantilados, grutas marinas y villas con vistas espectaculares. Desde la época romana hasta el cine clásico italiano, ha sido símbolo de belleza, exclusividad y evasión.

Hoy es un destino favorito para cruceros pequeños y lujosos, con un ambiente vibrante que mezcla naturaleza, cultura y vida elegante.

Qué ver en Capri

Muchos comienzan la visita en Marina Grande, el puerto principal. Desde allí se puede tomar el funicular hasta el pueblo de Capri, donde callejones peatonales, boutiques y jardines crean un entorno encantador.

No te pierdas los Jardines de Augusto, con vistas a los famosos Faraglioni, formaciones rocosas que emergen del mar. Otra parada obligada es la Gruta Azul (Grotta Azzurra), una cueva marina donde el agua adquiere un azul brillante gracias a la luz que entra por debajo del nivel del mar.

El pueblo de Anacapri, más tranquilo y elevado, ofrece paseos más relajados, la casa-museo de Axel Munthe y acceso al Monte Solaro, con vistas panorámicas sobre la bahía de Nápoles.

Capri desde el mar

Llegar a Capri en barco es parte de la experiencia. Los cruceros fondean frente a la isla y desembarcan en pequeñas embarcaciones. La primera impresión es inolvidable: casas blancas en terrazas, mar profundo y vegetación exuberante.

Una vuelta a la isla en barco permite ver grutas, acantilados y rincones escondidos. Ideal para combinar con un paseo por el centro o una comida frente al mar.

Entre emperadores, artistas y viajeros

Capri ha atraído a emperadores romanos, poetas, escritores y viajeros de todo el mundo. Su belleza natural, luz especial y aire exclusivo siguen haciendo de esta isla un destino soñado.

Ya sea para una caminata al atardecer, un baño en aguas cristalinas o una copa con vistas, Capri deja huella.

Cruceros a Capri